lunes, 11 de febrero de 2013

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Lo recuerdo como si fuera un sueño y sin embargo, éramos nosotros, olvidándonos del tiempo con los ojos cerrados y el mar justo enfrente. Después de hacer un picnic extraterrestre en un banco con vistas al infinito. Ahí todavía no nos dolíamos. Ahora todo es diferente. Las novelas ya no hablan de nosotros, ni las estanterías de aquella biblioteca llena de polvo. Parece que fue hace muchos años, cuando subimos a lo alto de aquella torre en la ciudad más bonita del mundo, y vimos el cielo gris lleno de tejados.
Donde imaginé todas las historias del mundo. Que tenían que ocurrir a tu lado. Tomábamos café y corríamos huyendo del destino. Tan cruel. Pero siempre tocaba volver a casa y el tiempo y sus quehaceres y las persianas cerradas y la tristeza escondida. pero visible.
Y la vida ahora son un montón de horas caminando por nuestra espalda y la búsqueda incansable de algo que merezca la pena.
Porque a veces bebo, bailo, cierro los ojos y sueño que no existo. Que cuando abra los ojos estarás diciéndome " estás preciosa" y sólo estarlo para ti. Y que hagamos el amor mil y una veces y el cristal se empañe con nuestros susurros y dibujar un corazón.


Me he comprado un jarrón y un par de flores y mientras caminaba por los pasillos de ikea he vuelto a imaginarnos. Por un instante, llenando de amor todos los pasillos de nuestra casa. Haciéndote el desayuno. Te he visto llegando a última hora de la noche lleno de amor y cansancio y todas las ganas del mundo de dormirte a mi lado. Tantas veces sueño. Tantas veces te sueño. Nunca te lo he dicho pero cuando pasamos al lado de un espejo siempre te miro (nos miro) y te me antojas infinito. Me quedo con que conocimos las ciudades más bonitas del mundo, y que en las alturas, alguna que otra vez, volamos. Que nos leímos, tocamos, quisimos más que nadie. 
Y la biblioteca reconoce nuestros pasos. Las cafeterías en invierno. Los aviones. La ciudad del viento y sus calles deshabitadas. El ruido del mar. Las noches eternas. Las luces del puerto. Los gatos callejeros. Y eso no puedo decirlo todo el mundo.

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